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Domingo Cha, aficionado de China Taipéi.
Domingo Cha, aficionado de China Taipéi.
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Cristian Mercado

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Domingo Cha, un fanático de un país con tres nombres y un solo amor: el béisbol

Mientras veía el juego de pelota, explicó el intríngulis político de un país que recibe diferentes denominaciones.

Sonó un contundente batazo, un hombre de uniforme azul representando a la selección nacional de China Taipéi salió disparado desde segunda base y se va rápido hacia el home. Se deslizó de cabeza, mientras que el tiro desde los jardines del patrullero central mexicano cruzó los aires. 

La jugada se decidió en el home el corredor se deslizó bien, el tiro fue muy abierto y antes que el umpire pudiera dar la decisión, apareció un bullicio contundente desde las tribunas del estadio.

“¡Quieto!”, grita desde la grada un hombre de aspecto apacible, piel como una hoja de papel puesta al sol y ojos rasgados que porta una camiseta blanca y una gorra donde se lee sin problemas Taiwán. 

Una  de las acciones del partido entre mexicanos y taiwaneses.

Se trata de Domingo Cha, un habitante de la pequeña isla a la cual representa la novena que participa en el Mundial. Habla bien el español, aún con marcado acento oriental y hay algunas palabras que no alcanza a soltar con solvencia y se tiene que apoyar en algún latino para conjugarlas. 

“Aprendí español porque viví un año en España. Pero el chino es más fácil de hablar”, dice y se dispuso a explicar que “allá nunca cambiamos el tiempo verbal. Siempre decimos ‘hoy voy al cine’, ‘ayer voy al cine’ o ‘mañana voy al cine’, en el español cada frase cambia”, expresó. 

Domingo trabaja como consejero de la Oficina Comercial de Taipéi en Colombia. Es amante del béisbol, como casi todos los amantes de ese deporte en el país, una historia que rememora con cierta ilusión, como quien cuenta una hazaña. 

“Hace muchos años, Taiwán era un país muy pobre, no teníamos muchas cosas. Pero un día, un equipos de niños ganó un torneo internacional infantil y fue en ese momento que todo el mundo quiso comenzar a jugar. Le tomamos el amor al béisbol y hace cuatro años volvimos a ganar, pero el sub-21 que ahora es este torneo sub-23”, explicó, rebuscando algunas palabras, pero siempre claro en su explicación. 

Domingo se denomina como taiwanés, vino con dos amigos taiwaneses, portaba la bandera de Taiwán y todas sus ropas estaban marcadas como parte de la delegación taiwanesa ¿Entonces por qué motivo se fue a apoyar a un país que se llama diferente? 

Peloteros de China Taipéi celebran en el plato.


Él mismo lo explica, haciendo la salvedad que lo complejo del tema político, fácilmente podría demorar las 26 horas que hay de viaje entre Barranquilla y Taipéi.

“Es que mi país recibe tres nombres: su nombre Oficial es República de China, pero nos conocen como Taiwán, aunque en eventos deportivos tenemos que participar con el nombre de China Taipéi”, manifiesta para luego dar los motivos. 

“Luego de la Segunda Guerra Mundial, el comunismo tomó mucha fuerza en la China continental. Hubo una guerra civil y los capitalistas se tuvieron que ir a refugiar en la isla de Taiwán, donde se fundó nuestra nueva capital en la ciudad de Taipéi”, señaló. 

Es por eso que el Comité Olímpico Internacional, tratando de solucionar el problema político y de reconocimiento de las dos chinas existentes, la República Popular de China (la continental y comunista) y la República de China (la de la isla y capitalista), dejó a la primera con denominación y a la segunda la bautizó como China Taipéi. 

“La verdad es que deberían decirnos es Chinos de Taipéi, que es lo que en español traduce lo que traduce el nombre que nos pusieron”, afirmó Domingo, quien quedó maravillado por el Édgar
Rentería, “no puedo creer que apenas tenga unos meses de construido”, afirmó. 

Domingo se va el sábado. Vino apenas a ver a su equipo y regresará a Bogotá para seguir trabajando por su país, que al no ser reconocido como tal por Colombia, no tiene derecho a tener una embajada. 

“Mi trabajo es estrechar los vínculos comerciales entre los dos países. Colombia es un país muy grande, con mucho futuro. Son casi 50 millones de personas, hoy en día Taiwán es un país muy adelantado, podemos ayudar a mejorar en la técnica y la tecnología de la agricultura. Allí están las posibilidades”, cerró. 

Terminó la charla, se acomodó de nuevo con vista al campo y siguió disfrutando del juego. La República China, que es la misma Taiwán, representada en los Chinos de Taipéi van a la carga y tal vez puedan conseguir la carrera del empate.

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